En esta entrada voy a compartir
con vosotros una anécdota que me sucedió hace ya unos días. Me encontraba en un
vestuario femenino, de un polideportivo, mientras me arreglaba entraron dos niñas, de unos 5 a 8
años, con una mujer. Ellas mantenían una conversación, la más pequeña le
contaba a su amiga, que era un rollo el colegio, bueno el uniforme, porque los
niños solo llevaban la camiseta, los pantalones y la chaqueta. Y ella tenía que
llevar un pichi, la camisa, leotardos o calcetines largos, zapatos y la
chaqueta. No pudiendo jugar a las cosas que le gustaban, que para ella el mejor
día del año en el cole, era el que llamaban particular, porque podía ir vestida
como a ella le gustaba para jugar. Se quejaba porque decía que los niños
siempre iban cómodos y podían jugar a todos los juegos que ellos querían,
mientras ellas tenían que ir con ese maldito vestido (que se movía la falda estirándose
y enfadada).
Pues bien, me quede paralizada, después
lo comente con algunas compañeras de clase, y aproveche para unirlo a la ideología
de sexismo (resumido en el blog de nuestros compañeros Rubén y Omar). Este tema
abrió un debate entre nosotras, ¿los padres pueden hacerles ver que aunque vaya
de forma diferente vestida la manera de
enfrentarse a las distintas actividades es la misma? ¿Deben mantener la
compostura las niñas por el simple hecho de serlo? ¿Si a los niños se les
arregla el uniforme cuando lo rompen por utilizarlo en sus juegos, no puede
hacerse lo mismo con el de las niñas? Pero hablando sobre este tema fuimos mas allá,
aquello que no es material, si no psicológico, ¿cómo ayudas a tu hija cuando
viene llorando del colegio porque le dicen marimacho, chicote, o algunos de los
insultos que los niños utilizan para referirse a aquellas niñas que practican
alguna actividad? Porque ante un balón decimos niños y una cuerda de saltar es
de niñas, donde empieza el problema, y como lo podemos erradicar desde nuestra
materia la Educación Física.
Pues bien, mi conclusión es que
a cada niño hay que mostrarle cuantas más actividades mejor, dando lo mismo la
camisa, falda o vestimenta que utilice, lo importante es que vivencie esos
juegos dejando a un lado la forma en la que lo realice, y mostrándoles el fondo
de cada uno. Comenzando por no hacer divisiones ni de materiales, ni de
espacios, ni de grupos, no siendo el único rasgo que los diferencie el sexo. Aquella
niña que me hizo reflexionar podría ser yo, y esta situación no se encuentra
muy lejos de nosotros, digamos que siguen existiendo profesiones, estudios para
hombres y mujeres. ¿Se están más preparado simplemente por la condición hombre
o mujer para desempeñar según qué empleo? Si calculamos el porcentaje de
alumnas en nuestra aula frente al de los alumnos, o por el contrario, vayamos a
un aula de enfermería y calculemos el número de alumnos que encontramos en esa carrera.
¿Cómo se podrá conseguir el
cambio respecto esta ideología tan interiorizada
en nuestra sociedad? Pues yo no encuentro la respuesta, quizá sea porque
nosotros queremos convencernos de que somos una sociedad muy avanzada y que
progresa a pasos agigantados, pero ante el sexismo o igualitarismo, para mi debería
hablarse de trato equivalente, tratar a las personas de manera similar en
aquello que sean iguales y diferente en aquello que sean distintos, según mi
parecer aún tenemos mucho camino que recorrer.
Es curioso. Cuando era estudiante hicimos un trabajo juegos infantiles en los parques. Y una de las conclusiones es que las niñas con falda apenas usaban las zonas de juego. Y si lo hacía, no utilizaban equipamientos como el tobogán o los columpios, sino que se quedaban pasivas. Hoy día el tema toma otras derivadas, como es el caso de las chicas con hijab.., UN tema muy interesante!!!
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